viernes, 25 de noviembre de 2011

Tiscornia en Coronet.

... y a ver si recupero un poco la inspiración de lo que tengo que hacer realmente. Maldita seas, desgana. En fin, esto será parte del fanfic que sigo escribiendo de Star Wars. En este caso, nuestro protagonista, con el nombre falso de Tiscornia ha vuelto a la Corelliana de Seguridad, cuerpo de policía del sistema corelliano, dónde trabaja hace la tira. Por si alguien se creía que no tengo un guión base creado, aquí una muestra de que no, que todo lo tengo pensado.
Si alguien quiere leer los inicios, que me los pida por comentario o privado, que ahora no encuentro los enlaces pertinentes.





- Hola colega. ¿Algún problema con la chiquilla?
Había parado el golpe con la mano, con una suavidad inusitada, para la fuerza que llevaba. Tiscornia sonreía, pero no era sonrisa afable, sino una mueca que dejaba traslucir su infinito desprecio. Su compañero le había dado el alto, pero el hombre los había ignorado.
- Señor, le he dicho que dejara de...
- Déjalo chaval. - El mercenario contenía los forcejeos del maltratador sin demasiado esfuerzo. - Atiende a la niña, yo le voy a explicar al amable ciudadano lo de la ley Kray.
- Por favor, no le rompas las piernas. - Dijo Timereth, recordando el atracador anterior. El muy idiota les había salido al paso con un cuchillo. - Antes ha sido bastante espeluznante.
- ¿Lo ha escuchado ciudadano? - Sin soltar la mano lo lanzó con violencia hacia el apartamento. Dió dos tumbos y derribó la mesa, cayendo sobre ella. - Mi compañero no quiere ver su miserable hueso atravesando la carne.
- ¡No puede... hacerme eso! - Se incorporó, sólo para encontrarse a Tiscornia muy cerca. El seguridad le sacaba una cabeza y media y aquello contribuía a la sensación de terror que sentía. - ¡Tengo derechooaaaaaahhh!
Lo tenía agarrado y apretaba con fuerza. Se escuchó un sonido sordo y el hombre pasó del estado aterrorizado, al de húmedamente aterrorizado. El orín se le escapaba por entre las piernas y llenaba la sala de mal olor.
- Joer, me he pasado. Tengo que ajustarme el brazo. - Movió la prótesis un par de veces, comprobando que el movimiento era correcto. - Disculpe por eso, colega, sólo quería que se estuviera quieto.
- ¡Me la ha roto! ¡Me ha roto la mano!
- Nah, tampoco es para tanto. - Lo agarró por el pescuezo y levantó sin esfuerzo el cuerpo, hasta tenerlo a la altura de la cara. - Verá, la nueva ley me permite el uso de la fuerza fulminante para acabar con una amenaza, así que mientras siga siendo una amenaza, podré romperle más huesos.
- Teniente, se ha rendido. - El novato entró con la joven, que se apoyaba en él.
- De eso nada, se ha meado. - Miró disgustado el suelo, hasta que escuchó el gorgoteo. Soltó al hombre al percatarse de que se estaba ahogando.
- ¡M... eh... merindo! - Exclamó, al caer.
- Ah, mira, ahora sí que se ha rendido. - Sacó una brida plástica y lo amarró con fuerza. - Colega, queda detenido en nombre de la ley corelliana, que ha tenido a mal incumplir. Cualquier cosa que diga será usada en su contra y cualquier intento de resistencia será respondido brutalmente...
- Teniente, no es así.
- Por los... - El mercenario se exasperó y le arrancó un gemido al detenido al apretar de más. - En serio chaval, el capitán me da vía libre para comportarme salvajemente con la chusma corelliana y tiene que ponerme contigo.
- Debemos respetar la ley, no podemos.
- Machacarlos hasta que griten en quince idiomas distintos. - Pulsó el botón que llamaba a los refuerzos de a pie. - Ya, ya lo sé. Pero esto es Coronet, no un pueblecito de 3 millones de habitantes, aquí los criminales se las gastan de forma distinta. Aquí matar a un Corsec no suele tener grandes consecuencias.
- Y por ello debemos rebajarnos a su nivel...
- Llevo toda la vida en un nivel tan bajo que para mí es subir de categoría. - Bromeó, sonriendo, conciliador. - Vamos sargento, que te invito a almorzar.
- ¡Pero si acabamos de desayunar!

lunes, 14 de noviembre de 2011

La Senda del Interrogador. Yamizuka.

Y después de una desagradable y larguísima pausa por problemas intestinales con mi pc, aquí os traigo la entrevista con Yamizuka!!!

Por cierto, antes he hecho un anuncio importante respecto a los dos años de la Senda del Aventurero ¡Concurso!





Vilem: Muy buenas!


Yamizuka: Hola! : D


V: ¿Cuánto hace, más o menos, que llegaste a Subcultura?


Y: Según Subcultura me registré el 31/03/2010, pero empecé a ser activa para navidades xD.



V: ¿Viniste de la mano de alguien, o encontraste la comunidad por casualidad?


Y: CREO que entré gracias al blog de Treveron. Que decía que subía sus tiras a subcultura y fui a probar. Y me registré para ver qué demonios era eso del Hype. Capaz que entré por otra cosa, pero en fin, mi memoria es mi memoria XD.


V: Jejejeejeje. ¿Cómo se te ocurrió la idea de dibujar y escribir "¿Qué piensan de nosotros?"?


Y: Pues cuando empecé a dibujar, lo hice porque quería crear un personaje que fuera "mío". Y me creé a mi y a Mayordomo. A partir de ahí fui creando una historia que incluía a mis amigas, que estaban ahí para mentirme sobre lo guapos que eran los dibujos. La trama es toda ella a base de tonterías que se nos ocurrían en clases.


V: ¿Entonces colaboráis activamente? ¿O es más de lo que observas?


Y: Mitad y mitad xD. Entre las cosas graciosas que ocurren entre clase, o ideas tontas que entre todas vamos cambiando hasta que queda algo bonito. Y yo voy uniendo esas ideas tontas xD.


V: ¿Has pensado en dibujar una historia con un guión predefinido?


Y: Tengo una pensada, sobre una historia que publiqué cuando me gustaba escribir. La escribí a los 11, y me gusta más de todo lo que hice hasta ahora xD. Pero quiero mejorar bastante hasta empezarla.
Sobretodo dibujando sin colores, porque mis dibujos sin color dan pena. Y tardo mucho en colorear XD.



V: Vaya, escritora precoz. ¿Ya no escribes?


Y: Casi nada. Una amiga escribe una historia en su blog, y yo a veces la ayudo con la ortografía y con su forma de relatar, pero a parte de eso y trabajos de lengua, ná.



V: Vaya. ¿Tenías escritas otras historias?


Y: Bastantes. Ni me acuerdo de la mitad, las tengo guardadas y son bastantes xD. Tenía historias cortas y otras largas que dejaba a la mitad, o al primer cuarto.


V: ¿Echas algún vistazo a estas historias?


Y: Hace poco fui a mirar una de las últimas que escribí, pero me dio tanta vergüenza que ni la leí entera. Orgullosa sólo estoy de esta que te digo que publiqué.


V: Jejeje, son cosas que suelen pasar. ¿Te has planteado publicar en papel, sea en fanzine o vía editorial?


Y: Puff, mucho lío @_@. Cuando tenga un nivel de dibujo medio empezaré a plantearme. Soy de las que lo dejan todo para más tarde... cuanto más tarde empiecen los líos mejor.



V: Normal, llega un momento que meterse en ciertos fregados llega a ser exhasperante.
(diox, mi cabeza... exasperante)


Y: xD. La culpa es de la H!



V: Si, que está en medio, la muy poñetera.


Y: Siesque... Pero es lo bueno del no-directo. ¡Puedes editar y poner cosas cool!



V: ¡Jajajajajajaja! Eh, que igual el gazapo se queda, que ayuda para rellenar, jejejeje. (Vilem ya pierde el respeto hacia su propia profesionalidad).


Y: XD. Todo relleno es bienvenido


V: ¿En general, que clases de historias te suelen gustar?


Y: Puf... Pues fantásticas. O casi todo lo que sea un poco gracioso y no te acabe diciendo que el asesino fue el director del colegio aquél al que se fue la Marinitia, si oh, la del Conserje, ese que se casó con la de la panadería que decían que engañaba a su marido...


V: Parece una vivencia del diaro de Maricastaña, vamos, la famosa "tertulera" de la tele, la del libro del negro.


Y: Parece, seh xD.


V: ¿Qué es lo que más te disgusta de Subcultura? (pregunta amable y agradable de responder etjem).


Y: xD. Pues que hay muchas discusiones tontas. Y he visto a gente irse por que se han sentido ofendidas por alguna de esas tonterías. Y yo no me meto mucho en el foro, pero de primera vista no creo que sea tan grave DX.


V: Con lo que molan las bacanales de los foros... ¿Y lo que más te gusta?


Y: ¡La gente! Está lleno de gente muy amable. Y los que no son amables no los conozco LOL. Y me muero de la risa con algunos comentarios.


V: Hay grandes humoristas en esta comunidad.


Y: Llenito


V: ¿Cuál fue el comentario que más alegría te aportó?


Y: Esa pregunta la has metido para fastidiar. Que me lo sé yo. xD.


V: (y no veas la que viene. jejejeje).


Y: Bueno, todos los comentarios me encantan, incluso los malos. Aunque gracias a Dios en subcultura no me han hecho ninguno xD. Pero sobretodo me gustan los que me aportan algo, cosas para mejorar. Y esos me los hacen mis amigas y gente en deviantart. Creo que no cuenta LOL. Pero entre los de subcultura no podría elegir ninguno por encima :3.


V: Vaya, pues precisamente la siguiente pregunta era: ¿Y el más destructivo?


Y: Loles. Pues ya te digo que en subcultura que yo me entere ahora no me han hecho nada destructivo xD. Alguno fuera si que me ha dicho que podría mejorar mis obras hasta un mono vagabundo sin brazos. Sin exagerar tanto, pero bueno, no le hice mucho caso. Al menos vio mis dibujos, algo es algo xD.


V: Joer, vaya formas. ¿Cuál es, el webcómic de subcultura que más odias?


Y: xD Te gusta vernos sufrir. Pues no odio ninguno, ea. No sé ni cómo se puede odiar un webcómic. No me gustan las tonterías que se suben sin sentido que no sabes por donde cojerlas, pero odiar odiar, no. No he mandado a la hoguera a ninguno xD.


V: Jajajajaja! Siempre podría ser el que menos te guste.


Y: Ni que los hubiera visto todos xD. Los que he visto y no me gustaron no los guardaba, así que no recuerdo ni su nombre.


V: Bueeno, era la pregunta puñetera. Pero si que habrá alguno que prefieras especialmente.


Y: Fuum. Déjeme que piense... No se abren los webcómics favoritos de Yamizuka, así que no puedo decir uno al azar. DX


V: ¡Jajajajaja!


Y: De traducciones Twokinds, que me enganchó y de webcómic de aquí les tengo tanto cariño a todos... DX. Voy a decir Akuma no Doragon, porque sí.



V: ¿Alguna vez has pulsado el link de "Webcómic Aleatorio"?


Y: Otia, ¿Existe eso?


V: Gran respuesta.
Si, abajo a la izquierda, en las letritas blancas con fondo azul.


Y: ¡Oh que máhico! Pues gracias por la información xD


V: ¡Jajajajajajajaja! ¿Alguna cosa que decirles a los novatos subcultureros?


Y: Hmmm. Cuidado con las novatadas. Quizás os meten gays en vuestros webcómics.


V: Parecemos universitarios.


Y: Todos tenemos un universitario en nuestro interior luchando por salir.



V: ¡Jajajajajajaja! Bueno, voy a desaparecer ya al amparo de la niebla... urbana.


Y: ¡Ahí va a hacer preguntas incómodas por doquier! ¡Cuídate! xD.


V: Muchas gracias, igualmente.


Y: Gracias a ti : D

Dos años de La Senda del Aventurero. Concurso y anuncios.

Últimamente no dispongo de tanto tiempo seguido como me gustaría para estar con el tema. Es que hay muchos temas y algunos son sorpresas.
De momento, para relajarme un poco (que va a ser que no hay de eso para mí, je), había pensado en organizar un pequeño concursillo fan. Obras relacionadas con cualquiera de los contenidos de la Senda del Aventurero sometidas a votación. Dado que soy relativamente realista y que tengo la sensación de que nos acercamos a una época de exámenes o similar (reconocedlo, no hay forma de pillaros a todos despejados durante un par de meses), no espero que esto tenga mucho alcance, así que en el aspecto de premios, he decidido que habrá sólo uno para cada categoría (en principio, dibujo o relato/escrito, aunque si hiciera falta más, se añade), siéndo éste, que me podréis pedir que os escriba lo que queráis. Así tal cual. El ganador me da una idea, un personaje, o lo que le de la real gana y yo escribo una historia, con toda mi dedicación, para su goce y disfrute (espero). Vamos, que le hago un relato sobre lo que quiera y se lo regalo.

Ésto en parte es por hacer alguna más, en parte por mi propio ego y en parte por el segundo aniversario de la Senda, que el 17 de enero cumplirá ya y dado que no hice ni media el año pasado, pues éste me paso tres pueblos. Así que la fecha límite, por poner (que creo que algo comenté en anteriores entradas, pero da igual), podría ser el 2 de febrero. Como dije, soy realista. ¡Y si os apetece esclavizarme durante un tiempo, ésta es vuestra oportunidad!



Por cierto, mañana debería tener la nueva entrevista para la Senda del Interrogador, la de Yamizuka. Continuaré con la de Rafagast y Toru y debería para entonces tener un par más hechas, aunque hay mucho por hacer y muy poco tiempo para ello.

Saludos Senderistas!

sábado, 12 de noviembre de 2011

Cazadores

Hala, hoy sin demasiados diálogos. Si me preguntáis, este escuadrón como tal no tengo constancia de que existiera, aunque sería lógico. El modelo, por si os interesa, es un P-47M con algunas modificaciones para las altas velocidades y la escolta de largo alcance. El modelo de caza alemán, bien puede ser un Messerschmitt 262 A1, el primer avión de caza de turbina operativo.




El coronel había dado órdenes muy claras. No se protegería a la caja de bombarderos a los que acompañabamos. De eso se encargarían los Mustangs, ellos los acompañarían y eliminarían los elementos más "comunes" de la aviación enemiga.
Hacía sólo una semana que nuestro escuadrón se había formado. Éramos los veteranos más resistentes y despiertos, perfectos para la caza a gran altura y gran velocidad, capaces de soportar mayores "G" de lo habitual. Era nuestro primer vuelo de combate juntos y el viaje había sido relativamente nuevo. Nuestros poderosos P-47 Thunderbolt, habían sido modificados para alcanzar una prodigiosa velocidad de combate, así como mantener un buen alcance. Podríamos hacer nuestro trabajo, aunque la amenaza de rompernos un brazo al intentar virar nos hacía dudar de ello.

Volamos 3000 pies por encima de la caja, justo en nuestro límite operacional. Así debe de sentirse Dios al mirarnos, pues podemos ver perfectamente la curvatura terrestre y justo debajo, a los bombarderos que acompañábamos. Probablemente no pudieran vernos, pues el sol les cegaría, pero también lo haría con ellos. Nadie hablaba, para evitar descubirnos antes de tiempo. Debíamos ser rápidos y letales.
Un aviso desesperado de radio y pudimos ver las estelas de humo que subían rápidamente para interceptar. Pico junto a cuatro compañeros, que se encargan de cubrirme, mientras los otros cuatro nos cubrirán, en caso de que aparezcan más. Motor a fonto y el monstruo de 2800 caballos que tengo bajo el capó ruge feromente, mientras descendemos velozmente. Los kraus no se enteran de nuestra presencia hasta que ya estamos muy cerca. Demasiado cerca.
Abro fuego con todas mis ametralladoras durante un segundo, nada más. El caza enemigo, explota como una bengala. Aquí y allá, mis compañeros aúllan. "¡Los hemos cogido cagando!" Y bien cierto es. Nuestro escuadrón ha sido creado para cazar a los nuevos aparatos del Reich, tan veloces, que incluso los mejores cazas que tenemos tienen problemas para derribarlos. Ni siquiera los artilleros pueden asegurar su defensa.
Pero no contaban con nosotros. Aunque se reponen velozmente de la primera sacudida que les hemos dado y ya se alejan para evitarnos. Pero ellos subían y nosotros bajábamos, así que en la virada, creyendo que me voy convertir en tortilla, avisto a uno de ellos. Mi punto me sigue, así que pongo proa al enemigo, para derribarlo antes de que haga algo de lo que nos podamos arrepentir. Ignoro el maremágnum de mi alrededor, al que el resto de colegas ya se han unido y con el gas a fondo, conecto el empuje de emergencia. Pegado al asiento, siento como si fuera a reventar, mientras me lanzo a una velocidad que creía imposible, en pos de mi enemigo. Se acerca rápidamente y preparo las ametralladoras de nuevo, pero el maldito debe de haberme visto, porque ya maniobra para evitar mis disparos. Me duelen los brazos, pero el oxígeno consigue que me olvide de ello. Oprimo el disparador y el avión se sacude. He fallado, voy demasiado rápido como para poder virar para acertarle. Alguien grita que tengo algo a la cola. Despierto inmediatamente y acciono los aerofrenos, mientras maniobro a la desesperada.
Pasa junto a mí a toda velocidad pues parece que le ha pasado exactamente lo mismo. Inexplicablemente, el que parece ser su motor izquierdo se incendia violentamente, aunque se apaga casi inmediatamente. El huno se estabiliza y trata de huir, aunque ya no es tan rápido. Una ráfaga corta y su ala ya no está con él. Dos derribos, nada mal.

Se que han derribado a dos de los míos, pero en general parece que les estamos pegando una paliza. Por mi parte, he conseguido llegar a la cola de su líder, pero soy incapaz de hacer un blanco. Lo persigo a toda potencia y mi motor ya está al rojo vivo, mientras que él no parece tener especiales problemas para mantenerse. Lo dejo ir, con la esperanza de que intente alguna pasada extra a la caja. Pero no vuelve. Se va. Y cuándo quiero darme cuenta, a mi alrededor escucho júbilo y felicitaciones, pues hemos derribado a 5 jets enemigos y puesto en fuga a otros tres.

Para el primer día, no está nada mal.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Ira (VIII).

Aquí vengo con una nueva entrega de Ira. Pero esta vez, antes de irme al catre, cosa rara. Fíjate qué cosas. Me ha salido cortico, pero estoy satisfecho con el resultado.

En fin, al lío que me enrollo.



La rodilla se quebró hacia atrás, destrozada por el disparo y se despedía del resto de la pierna. Fragmentos de hueso y cartílago hirieron la tierra más atrás, salpicando la sangre inmediatamente. Jack, al sentire el aberrante dolor, comenzó a gritar con un chillido agudo y desagradable. Ira por su parte, suspiró levemente, pues se la había jugado. Cuándo su contrincante intentó levantar el arma de nuevo, ya había amartillado para el siguiente disparo. El hombro desapareció tras el trueno, dejando colgado el brazo derecho de un mal trozo de sanguinolenta carne. Jack no pudo mantenerse y se derrumbó hacia atrás, mientras el charco de sangre crecía. Sintió los pasos de Ira mientras llegaba hasta él, recargando con calma su Remington. Reía levemente, divertido por la situación.
- De ésta no pasas bastardo. - Puso la última bala en el tambor, sin preocuparse de cambiarlo entero. No tenía ninguna prisa. - Pero quiero que te calles y escuches atentamente.
- Te voy a mataaar... -Gimió, apenas consciente por el dolor.
Ira se inclinó hacia él y la agarró de la solapa. Lo medio incorporó.
- A tu hermano le di muerte como el perro endogámico y traidor que era. - Le miraba fijamente a los ojos, mostrándole la otra vida que le esperaba. - Y tu mueres entre fanfarronerías como un bellaco. Pero lo mejor, lo que más me reconforta y regocija, es que he ganado yo.
Lo dejó caer sin violencia. Jack intentaba llegar a su revólver con el brazo que le quedaba. El forajido, sonriente, pisó el brazo contra el pecho, usando su bota y aplastando con decisión. Apuntó con calma a la frente.

Se escuchó el último trueno del día, mientras el médico recogía al sheriff, que clamaba por un arma para sumarse a la pelea. Su mujer, llorando, le explicaba que ya todo había acabado.
Ira por su parte, saqueó el cadáver, quedándose con los cartuchos, preciados y de gran valor, algunos dólares y el revólver, que no era un mal modelo. Llevaba Jack un retrato de familia. Eran su hermano, su familia y él, en la granja que la guerra les arrebató. Al forajido le importaba un comino, así que lo dejó caer y reclamó su caballo, por las molestias.

Nadie movió un dedo mientras se lo llevaba para dejarlo en la caballerza.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Ira (VII).

A ver si soy capaz de escribir esto antes de llegar al cao absoluto.
Espero que os guste, porque es un desbloqueo que te cagas. Llevo casi un mes intentando superar este trozo.





La puta dormía todavía en la bañera, mientras el pistolero se vestía con calma. Cada prenda que se ponía significaba otro trago de la botella, que saboreaba con cuidado cada vez. Tenía los sentidos un poco embotados y le costó escuchar el jaleo de la calle. Parece que alguien gritaba.

- ¡Sal de ahí hijo de puta! - Era un hombre cubierto de polvo, que avanzaba por el centro de la calle echando furibundas miradas a todo lo que se le cruzaba. - ¡Te he encontrado Ira!
- Joder, éste debería estar muerto. - El forajido se había asomado, interesado en aquellos gritos. Dió otro trago y se metió de nuevo.
Se puso las botas y bajó al salón, dónde John le esperaba con dos cinturones.
- Es Jack.
- Si, lo he notado.
- Como supongo que vas a salir... - John le mostró los cinturones, uno con dos cartucheras puestas del revés y otro con una sola, a la diestra y en sentido normal. - ¿Cuál prefieres?
- Dame la simple. - La agarró sin esperar a que la soltara. - Y el Remington.
- No prefieres el Navy?
- No, me gusta más el otro. Cogió el revólver y lo comprobó Lo enfundó y se puso el sombrero. - Que preparen la cena, estas cosas me dan hambre.
- ¿Hago llamar al médico? - Preguntó con cierta sorna, sabiendo la que se jugaba.
- En todo caso al sepulturero.
- Lo decía por ti... - Se arrepintió mientras hablaba, ante la mirada terrorífica que aquellos ojos le acababan de echar. - Jack es muy, pero que muy rápido.
- Uhm. No, no hará falta. - Ira sonrió de forma peligrosa. - Ten cuidado botas, algún día, tu pico te perderá.
- Espero que no.

Ira salió al encuentro del alborotador justo después de escuchar el tiro y el grito. Había sido un tiro de revólver y un grito de mujer, algo mayor. Al salir, se encontró a Jack de espaldas, con su arma en la mano. El anciano sheriff estaba en el suelo, retorciéndose, llevándose la mano al vientre.
- ¡Te lo dije, viejo de mierda! - Estaba fuera de sí, drogado por la excitación del fin de la caza. - ¡Te lo advertí!
- ¡Jack! - Ira gritó, sonriente. - ¡Me alegro de verte, Jack! Tu olor sigue siendo inconfundible, me temo.
- Malnacido hijo de puta. - Apenas lo oyeron, pero el forajido sabía perfectamente interpretar aquellos movimientos de labios. - ¡Asesino! ¡Mataste a mi hermano!
- ¿Yo? ¿A tu hermano? - Se hizo el ofendido. Aún sonreía. - ¡Pero si tu hermano me era muy querido! ¿Qué le ha ocurrido al pobre Sam?
- ¡Lo mataste a traición, mentiroso asesino! - Temblaba de rabia, apenas podía controlarse. El polvo caía de él como si el viento lo arrastrara. - ¡Te doy la oportunidad de morir de pie, como los hombres!
- No me digas. - Tocó levemente la hebilla del cinto. - Pero insisto en mi inocencia.
- ¡Basta! ¡No te burles de su memoria!
- Así que... - Sonrió, pero de forma distinta. Su cara era una horrible mueca burlona. - ¿Me matarás?
- ¡Lo haré! ¡No intentes asustarme con tus caras! - Enfundó el revólver. - ¡Soy mejor que tú!
- En ese caso, pichafloja, follacabras, muerdealmohadas, matachinches, asaltacunas. - Elevaba la voz con cada palabra, seguro de que lo oiría. - ¡Desenfunda!
El otro gritó y se llevó la mano a la cadera. Casi inmediatamente, Ira lo imitó. Casi.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Promo de Reissig: Memorias.

Bueno, de nuevo estoy con la coña de que no puido dormir, aunque es relativamente pronto... En fin, he decidido pasar de libreta a pc lo que llevo escrito a mano y de paso meter una pequeña promo de lo que será el climax final del primer capítulo de la novela por entegas que estoy escribiendo via foro. Os adjunto un enlace por si queréis echarle un vistazo, aunque estoy pensando en reescribir las 30 primeras páginas, porque no me cuadran con el estilo que uso y al releerlas me entran vomiteras.
http://swgesp.com/joomla/index.php?option=com_kunena&Itemid=70&func=view&catid=43&id=1004
Ahí encontraréis un enlace con el pdf que lleva el tocho y las últimas actualizaciones. Aunque hay más, lo único que ha visto la luz es eso, un spinoff que me está costando seguir y un libro de cuentos y relatos cortos, centrados en la vida del protagonista, destinados a desenmarañar su pasado. Están en ese mismo apartado del foro.

En fin, allá va la promo:




La nube terrosa se desvanecía poco a poco sobre el inmenso desierto de arena, que lanzaba destellos plateados de vuelta al conglomerado de estrellas. La relativa paz que había quedado estaba turbada por una escena de batalla. Leales y rebeldes combatían con todos los efectivos disponibles, en la mayor batalla que haya presenciado el planeta. La artillería retumbaba y los cazas rugían en combate sobre el cielo ahora despejado de la tormenta de arena, pero plagado de figuras que se perseguían y de los impactos de la antiaérea. Aunque la capacidad técnica de los rebeldes era impresionante, los leales al tirano disponían de más y mejores fuerzas y se notaba en el curso de la batalla. Cedían terreno poco a poco, rezando para que el plan se desarrollara como debía.

De los restos de la nube terrosa aparecieron destellos verdes, que la iluminaban fantasmagóricamente. Rayos verdes alcanzaron las posiciones leales y explotaron. Algo pulsaba en el aire con gran estruendo. Cuándo los mandos de ambos bandos miraban en aquella dirección para discernir qué estaba ocurriendo, una punta blanca y afilada apareció, rugiendo sus turbolásers y enviando andanadas brutales. Toda la fragata apareció tronando sobre el desierto, decidido a descubrirse y abandonar el escondite que le proporcionaba aquella perturbación atmosférica. Una enorme nube de vapor comenzaba a formarse alrededor, producto de los sistemas de refrigeración de las armas.

- Que todas las baterías mantengan el fuego a discreción. No quiero que lo olviden. - Sonrió el capitán, mirando el extenso campo de batalla que se extendía más allá del puente del Infranqueable. - La primera batería sin embargo la quiero bombardeando puntos clave. De momento, que ambos lados disparen a la artillería enemiga, hasta que dispongamos la posición de su puesto de mando.
- Si señor.
- Ponga rumbo 3.03, avante media. Cuándo estemos a mitad camino de su artillería pase a avante poca. - Miró el horizonte y frunció el ceño. - Repulsores, que no lo tenga que hacer yo todo. Perdemos altitud. Corregid.

La proa se elevó ligeramente, mientras la primera batería disparaba sus pesados turbolásers. Todavía nadie había intentado dispararles, estupefactos por el espectáculo que ofrecía la fragata. Algunos no se creían lo que veían y otros directamente lloraron al presenciar algo que no creían posible. El Infranqueable se movía elegantemente por la atmósfera de aquél planeta con gran facilidad y sus disparos eran certeros.
El mando rebelde sonrió esperanzado. El plan estaba saliendo tal y como se había planeado.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El Tigre checo. Relato corto.

Uf. No puedo dormir, ni siquiera tratando de noquearme contra la esquina más próxima, así que aprovecho el portátil que me han dejado para escribir un poco y ver si me entra modorra. Disculpad si no está con la cursiva (sólo en subcultura, en blogger se cambia fácil) ni con los guiones largos, porque escribo directo al blog.Si queréis, lo he escrito con éste video:
http://www.youtube.com/watch?v=0OWQXQgHgq8&




Aquél pasillo no daba para mucho. Apenas medía el metro de ancho y los cuatro de largo. Y le venía genial. Protegía la retirada de su gente, que había quedado aislada en el territorio capturado. Algunos de ellos se unirían a los partisanos. Otros entrarían a trabajar directamente bajo el mando aliado y otros aceptarían el dominio alemán. Unos morirían y otros vivirían de mil maneras distintas, acosados en los bosques, como animales o en campos de concentración y exterminio, sucias ratoneras. Pero él no. Estaba harto de huir. No era judío, ni polaco, ni nada. De hecho, durante un tiempo odió a los polacos. Cuándo la guerra comenzó para Europa comenzó a compadecerlos. Él era griego, pero había emigrado a la recién nacida Checoslovaquia y allí había prosperado como empresario, a pesar de las tensiones étnicas. Y había amado muchísimo a su país adoptivo. Y ahora lo lloraba amargamente.
Pero ya no lo lloraría más. Les daría una oportunidad a su gente, que lo era porque no tenía a otra y se enfrentaría al odiado alemán.
El fusil, un viejo rifle de manufactura inglesa, le pesaba en las manos, siniestro en su recia madera, letal en cualquier alcance, devastador en corto.
Los cartuchos, los mejores que había podido comprar, de los que pocos quedaban. Estaban limpios y sin falla, perfectos para su cometido.
La bayoneta, reluciente y afilada como las cuchillas de afeitar. No tendría piedad a la hora de la verdad.
Él siempre había sido pacífico. Ahora no era paz y amor lo que su corazón albergaba, sino ira y odio. Y cómo sus antepasados antes que él, daría su vida con gusto para matar al odiado enemigo y para proteger a sus amados conciudadanos. Porque aquellos eran su patria ahora. Y no sabría nunca nada más de ellos.

El hombro le duele, el impacto de la culata lacera su cuerpo, inflama su mandíbula. Pero no importa. Los soldados caen en cuánto asoman. Todavía no lo han visto, en aquella oscuridad a la que se ha acostumbrado. Los superhombres son incapaces de ver en la oscuridad, aunque ésta los rodea. Arrojan granadas, que caen formando extrañas formas. No saben con quien pelean. Es un veterano, a pesar del poco tiempo pasado. Sabe detectar el característico chasquido y puede calcular el tiempo que le queda. Mucho retardo y se esconde en una de las puertas laterales. Poco y la devuelve al remitente sin dudar ni un segundo.

Se está quedando sin municiones. Coloca el peine con las últimas diez. Las cuenta hasta la última. Los alemanes parece que se esconden, aunque uno asoma un espejito y puede verle perfectamente la cara. Está asustado, pero sabe que también iracundo. Si lo capturan no serán muy amables, como con aquél pobre Goldzweig, del que prefiere no recordar sus últimos momentos. Gira el rifle y se apunta al cerebro con decisión. Pero un segundo antes, duda de lo que va a hacer.
El alemán del espejo salta de su posición y grita algo. Se acerca con varios de sus compañeros, aprovechando que el viejo aquél ha descuidado y ha dejado de apuntar. Mientras corren en fila, el primero muda su cara por el terror más puro y cae derribado junto con otros dos que vienen detrás. El destrozo es enorme y los que seguían, al escuchar la recarga del cerrojo retroceden a la esquina como corderos asustados.

El anciano ríe estruendosamente ante la flaqueza de su enemigo. Monta la bayoneta del cinto en el arma y la asegura con el característico chasquido. Ha decidido darles más tiempo y esa bala bien lo merecía y además está preparado para morir, pero no para suicidarse.
Da un suspiro antes de correr por el pasillo, bayoneta preparada. Dos alemanes se asoman y salen a su encuentro. Disparan. Los dos, ante la cercanía del enconado defensor, no apuntan demasiado fallando uno y acertando por poco otro. El viejo canoso ignora el dolor que le agujerea el costado izquierdo. Se lanza como un loco, con los siglos en sus espaldas y el futuro ante sí. Sabiendo que nadie sabrá de su sacrificio, pero que aún así, inconscientemente lo recordarán.

Y con la inercia, empala al alemán, que todavía no se cree que aquél hombre decrépito, consumido por el hambre y la desesperación, sea capaz de levantarse siquiera. Que no se encoje ante la perdición y la muerte, sino que se incorpora y como un tigre acorralado, pelea.