domingo, 8 de abril de 2012

Un arma es una cosa peligrosa...

... que si se te dispara en un pie, te lo vuelas.

Bien, en la última entrada os comenté que tenía pensado hacer un post sobre armamento moderno y sus efectos en varias situaciones (especialmente en cuerpo humano, que es a lo que van destinadas). No sabría cómo hacerlo un poco más ameno, a menos que ponga imágenes. Y aunque este humilde blog no suele tener muchos reparos, meter imágenes de destrozos sangrientos y variados puede ser pasarme de la raya, así que sencillamente, lo comentaré.

Todos hemos visto en algún momento, en alguna película, cómo a algún personaje lo cosen a tiros. Literalmente, le llueven cientos de balas y parece que le haya dado el baile de San Vito. En algunos casos, la escena dura una eternidad a cámara lenta y recibe muchísimos impactos en unos segundos. Si son pistolas de policía, no hay tanto que objetar (excepto que el tío debería caer muerto en cuestión de uno o como mucho, dos segundos), pero si es una peli de guerra... Ay. Las pelis de guerra...
Bien, antes por ejemplo, pensemos en el calibre enemigo. Si es la segunda guerra mundial, casi todas serán un calibre respetable, como por ejemplo, un 7.92 en el caso de los alemanes (suponemos que el tiroteado es yanki). Una bala de ese calibre, bien puede tirarte de espaldas, atravesarte y seguir su camino o incluso, arrancarte parte de un miembro. Si viene de rebote, estás más que jodido, porque puede llegar dañada y romperse dentro o incluso impactarte siendo esquirlas. Es una bala, que mata (también se extiende al .303 británico, aunque dicen que el Lee Einfield con su munición 7.7x56R metía unos pelotazos tremendos). Que mata mucho. Podía atravesarte, pero en casi cualquier situación, un disparo de estos, te dejaba como mínimo, de camino al hospital para una larga, dolorosa y cruda recuperación, si llegabas a recuperarte del todo. Así que el tiroteado no aguanta entero ni de coña todo lo que sale. Y menos lo aguanta de pie.
Cosa distinta pasa con el 5.56. El del fusil moderno, tanto ruso como OTAN. Ésta bala, que es considerablemente más pequeña, no está hecha para matar, sino para herir. Algunos pensaréis que es perfecto para no volver a las guerras con millones de muertos. Qué humanitarios son. No, lo que tendremos son guerras con millones de heridos de distinta consideración (grave, la más habitual). El 5.56, al impactar en el cuerpo, no sigue su camino en línea recta. Sencillamente cambia de dirección una o dos veces incluso, o cambia una y se fragmenta, o no cambia y tienes trocitos de bala sin ser un rebote. Hiere y mutila de una forma horrible, para que el enemigo tenga que ocuparse de sus heridos y mutilados y perder fuelle en la guerra. Además, pesa menos y caben más por cargador. Por contra, no atraviesa parabrisas y de esa eventualidad los yankis se han dado cuenta con los controles en Afganistan e Irak. Imaginemos ahora a un tío acribillado por cientos de balas de éste tipo, que culebrean dentro de su cuerpo, hacen estallar sus organos cuándo los atraviesan, le parten la columna, le explota la rodilla y la pelvis se le pulveriza. No, creo que no tiene mucho futuro. Ni para decir: "¡Johnny, dile a... dile a mamá que la quiiiero!". Y menos si alguna de esas pequeñas cabronas se le han metido por el cuello
Podría seguir describiendo los calibres de guerra, como por ejemplo en una escena similar en la que al héroe impactaban en varias ocasiones con una ametralladora del calibre .50. Dado que lo voy a describir más adelante, no hace falta que os diga aquí de lo que pienso de ese par de picaduras de mosquito que tenía después.
Vuelvo mi vista hacia las armas cortas, en especial sus calibres de pistola, que muchos subfusiles llevan. Un 9mm ParaBellum es bastante conocido, por ser el policial, o el que lleva ETA habitualmente. Es un calibre relativamente pequeño, con poca carga impulsora (comparativamente) fabricada expresamente para acciones policiales, destinada a herir de cierta gravedad, pero que mata con dificultad. Su cabeza no es muy aguda, sino más redondeada, diseñada para desestabilizar al objetivo, además de que es más controlable que otras. En este caso, el personaje sí que es más posible que pueda aguantar unos cuantos segundos, pero siguen siendo disparos y disparos y disparos, así que muere igual. Más lento (es el equivalente de fuego de una espada roma y ligera), pero unos cuántos impactos y está matarile. Si además se dispara desde un subfusil, pasan a ser muchísimos impactos.
El otro calibre del que os quería hablar es del .45 ACP. Fue desarrollado por Estados Unidos tras la guerra Filipino-Estadounidense, donde vió que los revólveres cortos del .38 no eran capaces de detener a un filipino a la carrera. Y tampoco matarlo antes de que éste, en ocasiones bajo los efectos de alguna droga, lo macheteara. Físicamente, es una bala más gorda y redondeada que la 9mm. La 9 es más ligera, con menos retroceso y elevación de boca, más barata, más pequeña, con mayor poder de penetración y es preferida por la mayoría de potencias europeas y Estados Unidos desde el 85. Pero el .45, es un pelotazo comparable a un revólver, que empuja al atacante hacia atrás. En el caso de nuestro personaje, caería al suelo al primer disparo, probablemente muerto. El resto, ya es enañarse.


Dentro de un rato seguiré con una segunda parte, que no me cabe todo en un sólo tocho.

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