martes, 26 de junio de 2012

Reláto bélico a petición de Hcl. Es muy probable que encontréis incongruencias, ya que me las he encontrado a capazos. No se sabe exactamente quién le dió muerte, aunque se viene aceptando útlimamente como más probable que el ametrallador antiaéreo australiano William John "Snowy" Evans, que estaba apostado en la zona con otros tres compañeros y que dieron parte del derribo efectúado por Roy Brown, el aviador que picó sobre él y lo ametralló.
He leído muchas tonterías sobre que con él se fue la última forma de hacer la guerra de forma "honorable". Está claro que hay mucha gente que no tiene ni puta idea de lo que es una guerra, actual o pasada y que sólo se basa en lienzos que idealizanel belicismo. En fin, sin demasiada murga extra, allá va el relato.



La batalla había ido bastante bien. Ahora perseguía a un advenedizo que se había envalentonado con un derribo y había pretendido hacer lo propio con el Barón. Éste rápidamente le dió la vuelta a la situación, decidido a acosar al Camel enemigo, descuidando sin embargo su trasera, a pesar de que era firme contrario de esa táctica.

Ray Brown vió cómo el triplano rojo se acercaba por detrás a su punto, el teniente May, que volaba bajo, intentando evitar las certeras ráfagas de su peligroso descubridor. Sin dudarlo un instante, el canadiense picó, rezando para llegar a tiempo.
Richtofen estaba decidido a terminar con aquello, así que apuntó con cuidado y justo cuándo oprimía el disparador y salían las primeras balas, su aparato fue alcanzado por una ráfaga que venía desde atrás. El As maldijo y buscó a su enemigo, tratando de zafarse.
Ray lo siguió a toda velocidad, tratando de decelerar para no encontrarse frente a él. Había otros triplanos rojos, pero tenía un mal presentimiento acerca de todo aquello.
"¡Maldito aficionado!" Pensó el prusiano, que sentía un dolor penetrante en la espalda y la cabeza, pero que sabía que las balas estaban simplemente destrozando fuselaje, ya que disparaba con precipitación. Vió que se acercaba rápidamente y se preparó para maniobrar y tomar una posición de tiro favorable. Pero en ese preciso momento, notó cómo si algo le mordiera el muslo, e inmediatamente sintió gran dolor en su torso. Escupió sangre y se quitó la máscara, incapaz de respirar. Nuevos impactos llovían sobre el Dr.I y ya no trataba de evitarlos, simplemente le daba igual.
Sonrió, reconociéndole el derribo a su enemigo, antes de despedirse de su hermano mentalmente y del Reich, deseándoles suerte a ambos. Por su lado, pasó el avión británico que lo había ametrallado pero no le importó. Enfiló en dirección a lo que parecía un campo de cultivo y se desmayó.

-¡Le has dado Snowy! - gritó Cedric, su compañero ametrallador, entusiasmado-.

-¡El mejor tirador de Perth! - Robert también había disparado, pero estaba seguro de que sólo habría alcancado el ala-. No seas modesto Will.
-El Camel lo estaba ametrallando, que lo hubieramos derribado o no, era cosa de una bala entre todas las que le caían al pobre diablo -dijo William, dejándolo correr-. Creo que no le he dado, apenas me ha dado tiempo a amartillar, mucho menos a apuntar correctamente.

El Gran Danes del Barón Rojo, Moritz seguía aguardando, como todos en el Circo, la Jasta 11. Ya era tarde y no se veía avión alguno, aunque los bosques cercanos impedían la visión. De pronto, Moritz se alzó y ladró varias veces a la espesura. Casi inmediatamente, todos escucharon el ronroneo de un avión. Éste apareció para sorpresa de todos sobrevolando el bosque, a toda velocidad y volando a muy baja altura. No se esperaba un ataque, pero todos se movilizaron a sus posiciones al reconocer los distintivos británicos. Sin embargo, se dieron cuénta inmediatamente de que no era un ataque enemigo. El aparato, sobrevoló velozmente el aeródromo, dejando caer algunos papeles, justo antes de desaparecer por el otro lado.

Lothar, el hermano del As, recogió una y la abrió, para leerla, en voz alta.
"Manfred Albrecht von Richthofen, jefe de la Jasta 11, fue derribado y hallado muerto hoy, 21 de abril de 1918, en combate aéreo. Será enterrado con honores militares mañana a las 12 horas en el cementerio militar de Bertangles. No pdríamos hacerlo de otra manera. El mando del 209 escuadrón decidieron su epitafio; "Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor, Que descanse en paz". Nuestras mayores condolencias para sus compañeros y su familia; entendemos perfectamente el dolor que sienten o sentirán por su pérdida."
No pudo seguir para leer la firma, ya que se le quebró la voz. Todos, incluído Moritz, se giraron para mirar al avión inglés, que había vuelto a aparecer para volver a su base. Como si lo hubieran ensayado, realizaron un saludo al aeroplano antes de que se internara a baja altura de nuevo, en agradecimiento.

Al día siguiente, cubierto el ataúd de flores, llevado al hombro por seis miembros del 209 escuadrón y arropado por tres salvas de fusilería australiana, le fue dada sepultura al Diablo Rojo, o Barón Rojo, el mayor caballero del aire que jamás pilotara un aeroplano. Como última despedida de sus orgullosos enemigos británicos, hicieron cortar y pulir una hélice de cuatro palas, para que le sirviera de cruz, ya que no entendían mejor forma de enterrarlo.

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