miércoles, 1 de agosto de 2012

Gomorra.

Apenas un simple atisbo de lo que fué en realidad, pero espero que sea efectivo. Estoy intentando mejorar la calidad de mis descripciones, precisamente para escenas de este tipo y de otra índole. Que de paso me servirá para cierto fanfic dónde aparecen barcos y una pirata del Caribe.

No había palabras para describir aquello. Los edificios ardían en llamas y estallaban ante sus ojos. En la noche, iluminada por los focos y las defensas antiaéreas se adivinaban los aviones enemigos recortándose contra el cielo claro, por la Luna.

Hans podía ver cómo grandes incendios empezaban entre las explosiones, cómo casas enteras ardían en cuestión de minutos, dejándolo completamente indefenso. No podía gritar, ni llorar siquiera, de lo sobrecogido que estaba anque aquél terrorífico despliegue de fuerza bruta.
Escuchaba gritos, explosiones, lloros y espantosos aullidos en plena noche, que se comenzaba a tornar rojiza. A lo lejos, un incendio se convirtió en un tornado de fuego, que se desplazaba con rapidez en su dirección. Quiso chillar y corrió a cubierto, pero no encontró ningún lugar. El refugio más cercano, adecuado para los rigores de hacía uno o dos años, había explotado, matando a toda la gente de su interior casi en el acto. Hans vomitó al sentir el fuego cerca. Tenía mucho calor, no dejaba de sudar y sentía cómo se consumía su piel.

Espantado, se levantó entre las sábanas empapadas. A su lado, su mujer dormía plácidamente. No la había despertado, gracias a Dios. Ella también había sentido los horrores de la guerra, pero para ella terminó pronto. Se tocó el lado quemado, preguntándose cómo aquella belleza rubia había acabado con un tipo cómo él.

Sonrió al sentirla respirar. Se secó el sudor cómo pudo y se preparó para seguir durmiendo. Hacía mucho tiempo que no recordaba, las terribles noches de la Operación Gomorra.

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