martes, 17 de junio de 2014

Pollito Wars: Filii Belli.pdf y relatillo tontorrón.

Los créditos del final de la holoproyección aparecieron con la explosión musical. Algunos aplausos nacieron en la sala ante la posibilidad de salir al fin de aquél sitio oscuro y frío; lugar en en el que conseguir comida significaba la muerte económica.
–Por Laika, necesito un trago urgentemente –dijo Sauri apartando gente de su camino con malos modos–; ¡quitad de en medio muertos de hambre!
–¿Cómo presté mi imagen para hacer esto? –Malabestia todavía no se acababa de creer el haber dado su permiso para aquello–. Debieron emborracharme, si no, no me lo explico.
–Se hace saber a todos los visitantes de las Holosalas Árticas que el héroe de la Alianza Gordon Phalow estará regalando firmas en la entrada –anunció con voz solemne la inteligencia artificial que controlaba el recinto–. Se ruega eviten los enfrentamientos armados.
El silencio que precedió a la tormenta auguraba una galerna de las peores que se habrían podido ver. Inmediatamente una ola de gente se precipitó hacia los pasillos que daban a la salida. Los que no parecían especialmente interesados en el tema se agarraban a lo que fuera con tal de no verse arrastrados y ayudaban a cualquiera que tuvieran a su alcance. Los del grupo que salía del palco vip se agarraron a Malabestia, que permaneció imperturbable.
–¡Perfecto cabo! –McQuarry hizo formar a sus hombre y los comenzó a organizar–. ¡Jerguins! ¿Dónde está Jerguins?
–¡La ha palmado señor! –Púlsar corría a toda velocidad, aplastando cabezas por el torrente humáfero–. ¡Se ha asfixiado debajo de todo el gentío!
–¡Maldición! Al menos, que alguien busque a Aubrey, ¡que comience a poner orden!
–Thomas por allá baja –dijo Sauri, encaramada a los hombros de la semiyagui–. Pateando a quien osa interponerse en su camino.
–¡Largo infieles! ¡No sois dignos! –fuera de sí, disparaba al aire, intentando dispersar a la gente de su alrededor para poder avanzar más deprisa–.
–¿A dónde demonios va? –preguntó Malabestia, todavía ajena al hecho de ser un peñasco en mitad de la furiosa corriente–.
–Resulta que nuestro siempre aguerrido vicealmirante es un maldito fanboy. Tiene todo el merchandising que salió en su día de Phalow –sonrió, recordando las figuritas–. En fin, ya se calmará.
–Coronel, le acaba de pegar un tiro en la cara a un tipo.
–Pues eso, que ya se calmará…


Pues nada, coña final con los personajes de Filii Belli y un enlace de descarga la mar de majo para que pilleis el PDF con el fanfic completo y sin cortes.
Para descargar, haced click en el siguiente enlace:



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domingo, 15 de junio de 2014

¡Hasta ahí podríamos llegar!

-¿Nervioso? -preguntó la enfermera, sonriendo-.
-Sí, la verdad es que con la de veces que me han dado largas...
-Tranquilo, que hoy ya sales con los dedos arreglados.
-Me alegro.
-Mira, te voy explicando, para a ver si te tranquilizas.
-Sin problema, no soy especialmente impresionable.
-Mira, vamos a cortar la carne de los lados.
-Perfecto.
-Sacaremos todos los restos de uña y limpiaremos cualquier cosa que se quede...
-Me parece bien.
-Quitaremos la uña completamente y la raíz la quemaremos.
-Lo estoy deseando.
-Y abrasaremos la carne viva para que haga callo y no moleste.
-Sí, algo me habían comentado.
-Ah, aquí está el doctor, creo que ya podemos ir comenzando.
-Hola chaval, vamos a empezar con la anestesia, un par de pinchacitos...
-¡¡AH, NO! ¡¡HASTA AHÍ PODRÍAMOS LLEGAR!! ¡A mí no me acerca una aguja nadie! ¡NADIE!



Y más o menos así espero que sea mi día de mañana.
La verdad es que no me he informado demasiado del proceso en general, así que igual por ahí fallo un poco.